domingo, 8 de enero de 2012

Ascensión al pico del Lobo desde La Pinilla (7 de enero de 2012)

Misión: conquistar el Pico Lobo, el punto más alto de la Sierra de Ayllón, con 2.273 metros sobre el nivel del mar, límite natural entre las provincias de Segovia y Guadalajara.
Josete organizó la ruta de este pasado sábado, unos 700 metros de desnivel y seis o siete horas de ruta. Vistas impresionantes del horizonte segoviano y un ambiente totalmente alpino. Una ruta de las que dejan huella.
   

7 de enero, pleno invierno y la sierra nos ofrece este panorama, luego dicen que no hay cambio climático. Subimos por las pistas de esquí de La Pinilla. Abajo podemos ver el comienzo de la estación y al fondo un poco la izquierda asoma Riaza.
Lo curioso son los pequeños charquitos helados que nos encontramos y resbalaban como si estuvieramos en una pista de patinaje.

Por el monte pelado, que diría Mussorgsky.

Las pistas de esquí totalmente desoladas, sin nieve, y al fondo, el horizonte segoviano.

El piolet, por las rodillas.
Como se puede ver, solo había una pista abierta y gracias a los cañones de nieve.

Montañera cañera.
Apreciamos que solo en la parte alta y por su cara Norte había algo de nieve, muy dura y dificil de subir sin los "pinchos"

La estación de esquí. "Toda la estación de esqui".

Llegamos al cordal que nos llevaría al Lobo. Este es el horizonte madrileño.
Bonitas formas de rocas y hielo, con alguna ayudita del viento

El amplísimo horizonte segoviano.

Impresionante vista de la provincia de Guadalajara, alzándose ante nosotros el Pico Cerrón.

Ejemplo de cómo no atarse unos crampones.

A punto del ostión.

Un montañero de nivel (el único). Guapa la placa de hielo, ¿eeeh?

Reto conseguido, el punto más alto de la sierra de Ayllón. El pico del Lobo ya es nuestro.

El horizonte segoviano nos acompañó en el descenso. Vemos la única pista de esquí abierta al público con nieve artificial.

El frío dejaba unas formas curiosas de hielo en las plantitas del suelo.

Jose Antonio, esta es la foto que estuvimos haciendo con el trípode, cuatro exposiciones y unidas con Photomatix, el resultado pese a la luz del sol difiere mucho a una fotografía normal. Está orientada hacia el puerto de Somosierra, por el lado segoviano.


Cuando llegamos a La Pinilla, la luna llena asomaba entre los pinos.
Aquí nos tuvimos que largar porque alguno yá le empezaban a crecer los dientes y las orejas

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