viernes, 24 de febrero de 2012

A Peñalara por el Tubo de la Ceja (18 de febrero de 2012)

El mes de febrero es tradicionalmente mes de invernales y de desafíos, de afilar los crampones y de sacudirle un pioletazo a un viajero, por supuesto sin querer, a la hora de subirse al vagón del metro.

Esta vez el desafío consistió en subir a Peñalara por el Tubo de la Ceja, que arranca por detrás de la Laguna Grande y sube al cordal entre la Hermana Menor y Peñalara, más o menos en paralelo al Tubo Central, ligeramente a la izquierda de éste. Es algo más inclinado que el Tubo Central (le dan pendientes de hasta 45 grados), un poco más estrecho y discurre, como todo tubo o canal que se precie, encajonado entre rocas.

En esta foto aparece el Tubo de la Ceja marcado en rojo

Se le llama Tubo de la Ceja porque asciende directo a la cornisa o ceja que se forma en invierno, al acumularse la nieve, en su parte superior. Cuando esta cornisa alcance cierta altura, puede resultar bastante dificultoso, amén de peligroso, remontarla y alcanzar la cuerda. En las horas centrales del día, al incidir el sol, especialmente si aprieta el calor a finales del invierno o en primavera, la cornisa puede desmoronarse y ocasionar avalanchas.

Para esta ruta contamos con una nueva incorporación, Alberto, un alicantino que ha aterrizado recientemente en Madrid.

En Cotos

Tomamos el habitual camino que asciende a la Laguna Grande de Peñalara desde Cotos y, a la vista ya del Tubo de la Ceja, nos sentamos en unas rocas para abrocharnos los crampones.

Juanito se dirige hacia la entrada al Tubo de la Ceja,
que es el de la izquierda

Juanito avanza decididamente hacia la entrada al Tubo de la Ceja y sin esgrimir el piolet. Olé y olé por Juanito.

En el primer tramo del tubo, con la laguna helada a nuestros pies 

Nos adelantan unos tipos con casco y doble piolet técnico. Y nosotros con estos pelos, mientras Juanito, por supuesto, sigue sin sacar su piolet. Parecemos la Banda del Moco.

Intenso tráfico

La canal está guapa, guapa y disfrutona. El tráfico es intenso, aunque no tanto como en el paralelo Tubo Central. Coincidimos en este primer tramo, al menos con dos grupos, mientras Juanito, sin inmutarse, sigue llevando el piolet de adorno.

Guapísimo el tubo

Llegamos al paso difícil, que Juanito remonta sin pestañear. Y, por supuesto, sin piolet, ni siquiera bastones, cosa que no había dicho.

El paso difícil

Al ser el tubo estrecho y estar encajonado entre rocas, se mantiene a la sombra y la nieve se halla dura, en buenas condiciones. Subimos con comodidad. No nos resulta difícil.

Marisol entre dos tipos con casco

Gente en el Tubo Central

Llegando al final de este primer tramo

Alcanzamos un rellano junto a unas rocas y hacemos una breve parada para comer algo y sacar alguna foto. Hemos superado el tramo más empinado.

Momento de satisfacción

Reanudamos el ascenso. En este tramo el tubo se ensancha y la pendiente resulta más asequible.

Un rezagado

Alcanzamos un nuevo rellano en el que nos unimos con la gente que sube por el Tubo Central. Se ven varios grupos alcanzando el cordal por distintos puntos y es que, a partir de aquí, uno puede decidir por dónde tirar, a la izquierda, en recto, a la derecha, etc. Hay múltiples opciones.

¿Ahora por dónde?

Juanito afronta este último tramo de subida hasta alcanzar la cuerda con las manos libres y el piolet a la espalda.



Remontamos el último repecho y alcanzamos finalmente el cordal. Juanito no ha sacado aún su piolet. Y no se apellida Oiarzabal, aunque sí se echa un pitillo de vez en cuando.

Último repecho

En la cuerda

A partir de aquí, lo que queda hasta la cumbre es coser y cantar. Nos vamos juntando con más gente. Unos vienen desde las Dos Hermanas. Otros alcanzan el cordal más adelante que nosotros. Hasta nos adelantan unos tipos que avanzan con los esquís de travesía.

Josete, con el fondo de Cabezas de Hierro

En la cumbre coincidimos con bastante gente, como era de esperar. Nos hacemos varias fotos antes de ponernos a comer.





Durante la comida Juanito se decide por fin a sacar el piolet para partir unas nueces de California.
Al terminar la comida, nos despedimos de Alberto y Nuria, que deciden volverse a Cotos por el camino más directo. El resto decidimos alargar un poco más la ruta y continuar por el cordal en dirección a los riscos de los Claveles y de los Pájaros.

Hacia el risco de los Claveles

Día luminoso

En los Claveles

Bajando hacia la laguna de los Pájaros

Desde la laguna de los Pájaros iniciamos el regreso a Cotos. A las cervezas y demás pararemos esta vez en el pueblo de Navacerrada.

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