miércoles, 15 de febrero de 2012

De La Barranca a la cuerda de las Cabrillas, por la Garganta del Infierno (domingo, 12 de febrero de 2012)

  Los 5 componentes de esta ruta nos reunimos en Navacerrada pueblo, ya sabéis, al consabido cafetito mañanero, donde corría una brisa fresquita, muy de desbaratar planes programados y proyectar otros en plan gastronómico.
   Ya en el barrio, cuando subí al coche, marcaba -6 grados, pero no corría aire, lo que me hizo alegrarme, pues daban un día frío, despejado y con algo de viento.
   La carretera que lleva a la Barranca estaba libre de nieve. Temía que pudiera estar con placas, aunque en el aparcamiento ya se veían algunas bastantes duras. Al bajar del coche para ponernos el material, la temperatura era baja (-5ºC) y con ráfagas de viento frías y bastantes desagradables. El hielo empezaba en el mismo aparcamiento.
En el primer desvío que vimos, abandonamos la nada apetecible pista para pisar una nieve bastante suelta, aunque con una capa superior dura. Por este punto es donde están marcados los 2 PR que salen de la Barranca. Al llegar a la fuente de Mingo, se separan el PR-M 26, que sube a la Maliciosa por la vaguada del Regajo del Pez, y el PR-M 17, nuestro itinerario programado, que nos lleva por la vaguada de Peña Cabrita, que ya es parte de la Garganta del Infierno, hasta terminar en el puerto de Navacerrada. Los dos arroyos que discurren por estas vertientes son parte del río de Navacerrada.

   Seguimos las señales entre pinos que nos están haciendo el día muy agradable, pues el aire casi ha desaparecido. Hay una huella bastante marcada.



   El paisaje que se nos ofrece una vez que dejamos atrás el pinar es fantástico, podemos apreciar la Maliciosa estupendamente y una niebla que nos tapa la Bola.

Comienzan a verse las cumbres

El pinar se va aclarando
    Llegamos hasta el punto en el que se une nuestro camino con la Cuerda de las Cabrillas, por la que tenemos proyectado volver, pero no sin pasar por la fuente de la Caña y asomarnos al cordal desde donde se ve el puerto de Navacerrada.


Junto a la fuente de la Caña
   En este punto el aire es fortísimo y frío, cualquiera se para a echar un cigarro, con lo cual algunas ideas que llevaba en la cabeza, como volver por el cordal superior, viendo el otro lado, o subir a la Bola y bajar por el Collado del Piornal, no nos apetecen para nada. El aire a esa altura tiene que ser tela y la temperatura no ni quiero pensarlo.


   Retrocedemos unos pasos y retomamos la Cuerda de las Cabrillas. Al cobijo de un árbol, con el sol de frente y con la televisión en tecnicolor que tenemos enfrente, comemos agradablemente. El resto de la cuerda es bastante agradable.




El waka-waka de Marisol

   Hasta ahora, las placas que hemos encontrado no han sido suficiente para obligarnos a ponernos los pinchos, y solo llegando al Mirador de las Canchas, el aire hace su aparición con fuerza. Nos largamos de allí, sin mirar nada, por la pista que nos llevará a la explanada donde estaba el antiguo Hospital, sitio de juergas y demolido hasta sus cimientos. Es en este punto donde cogemos la Senda Ortiz que nos devuelve a nuestro punto de partida, el Hotel La Barranca.
   No nos entretenemos demasiado, solo cambiarnos de calzado, y nos largamos a Navacerrada a tomarnos un chocolatito con picatostes, terminando con sendos vasos de cola-cao, cerveza y manzanilla, eso sí, con bollitos y albóndigas.


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